Por Roberto Granizo, socio fundador del Instituto de Mediación Hipotecaria.
Tras los resultados de las últimas elecciones municipales se ha relanzado el concepto mediación en lo referido a los temas hipotecarios. Y es que, la alarma social que desde hace años están provocando los desahucios y los consiguientes dramas asociados, son percibidos como un atentado al estado de bienestar y al derecho constitucional de tener una vivienda digna.
En este período de crisis generalizada se ha demostrado que la judicialización de estos temas no solventa el problema. Todo lo contrario, lo agrava y además, contribuye a saturar de forma importante los diferentes juzgados de nuestro país, dilatando el proceso con el consiguiente sufrimiento de las familias y la incertidumbre de las entidades crediticias.
Y por eso se habla tanto de la mediación hipotecaria. Se trata de una alternativa que busca una solución no traumática a los impagos crediticios. Una solución consensuada entre las partes a la que se llega a través de la negociación en la que hay una figura fundamental para dirigir el proceso: el mediador, cuyo papel es sugerir propuestas de diálogo y desatascar las negociaciones. En ningún caso puede aconsejar sobre temas legales o financieros.
La mediación hipotecaria es una iniciativa totalmente voluntaria por lo que necesita una predisposición al diálogo por ambas partes. El Instituto de Mediación Hipotecaria está compuesto por un equipo de juristas con formación específica en aspectos psicológicos y legales sobre estos temas, que tiende puentes y facilita el cierre de acuerdos. De hecho, su tasa de resolución se encuentra por encima del 90%.
El servicio de mediación que ofrece el Instituto de Mediación Hipotecaria tiene el mismo coste para la parte deudora que para la crediticia: 400 euros. Tras una primera sesión informativa, en la que se plantea el funcionamiento, los actores involucrados deciden si quieren, o no, comenzar el proceso. En caso de que lo acepten, el acuerdo satisfactorio suele lograrse en torno a la quinta sesión.
La mediación hipotecaria, es cultura de paz, donde no hay vencedores ni vencidos, solo consenso. Las entidades de crédito mejoran su riesgo reputaciones, y tienen un considerable ahorro de costes, y de tiempo, si lo comparamos con el proceso judicial, aportando valor añadido respecto de su competencia.
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